Anticipación e Improvisación

Anticipación e improvisación son las dos maneras básicas de funcionamiento de la mente humana común.

Anticipación se refiere a pensar todas las posibilidades de un suceso antes de que ocurra. Decidir qué haremos si sucede esto, si sucede lo otro. La mayoría de las ensoñaciones y planificaciones pertenecen a este sistema. Se trata de un sistema muy práctico cuando existen pocas posibilidades a considerar, cuando no hay predisposición a imprevistos en general. En estos casos, nos permite una respuesta casi inmediata, "natural".

En este primer método se puede incluir la educación común. Nos cierran las posibilidades de actuación a través de narraciones ficticias, invitándonos a pensar el problema en los términos que le conviene a la sociedad.



Improvisación es, por el contrario, el territorio natural de la razón. Implica tener una serie de reglas extraordinariamente generales, y que son aplicadas en la práctica. A la hora de aplicarlas solo hay que subdividir el problema hasta que podamos aplicar nuestras leyes, y obtendremos un resultado muy adecuado a la situación.

En realidad, todo resulta una mezcla. No son estados independientes, sino solo grados de división de los problemas.

Sin embargo, a la hora de enfrentarnos al mundo, no deja de ser importante que deberíamos tender a la improvisación, a tener una serie de reglas aplicables en todos los aspectos, lo que denominamos creatividad. Como excepción está el trabajo intelectual. El trabajo puro y duro, en el que el cerebro muchas veces realiza una única acción muy similar múltiples veces. Si en el trabajo logramos aplicar la anticipación, podremos eliminar la mayor parte del estrés mental y aumentar generosamente nuestra eficiencia.


Así pues, debemos de ser conscientes, ante todo, de que camino estamos tomando en cada momento, y de en qué dirección. Es la manera de avanzar con paso seguro, de esbozar los mecanismos de nuestra mente y tomar control de ellos.