26/3/11

Capitalismo

La manera en la que nos centramos en el capital, en el dinero, en que regimos nuestras vidas solo en función de un elemento artificial, de una falsa idea (una mentira), es simplemente repugnante.

Se trata de una manera de protegernos de la verdad, de evitar que nos aburramos, sin nada que hacer, y nos de por pensar. Una artimaña de la miedosa sociedad.

Una manera de crear un mundo aparentemente vivo, que se dirija inexorablemente a su destrucción, a su fin.

El capital que nos salvará, que nos permitirá avanzar, que dirigirá el mundo, el único capital real son las ideas, artificiales por separado y tan antiguas como el mundo en su origen.

Y el único comercio, la educación.

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