14/4/11

Lavado de cerebro

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No me importa demasiado que la gente hable de libertad. Realmente, me da lo mismo lo que crean.

Sin embargo, la cosa cambia cuando por estas creencias, por la estúpida creencia de que la gente debe ser "ella misma" sin condicionantes externos, se impide el correcto avance de la ciencia.

Cambia, cuando no podemos trabajar para erradicar las enfermedades (cuya multiplicación permitimos por compasión), cuando no podemos trabajar para mejorar nuestra propia raza, porque los embriones tienen dignidad y derechos.

Cambia, cuando no podemos experimentar con la educación de un niño para hacerle más inteligente, mejor, más racional, porque eso sería un lavado de cerebro y atentaría contra su "libertad".



Cambia, cuando tenemos que aceptar que un imbécil envenene a las juventudes porque tiene derecho a expresar en público sus inconsistentes ideas religiosas. El puede educar a voluntad en nombre de Dios, nosotros en nombre de la ciencia  no.

Cambia, cuando, para otorgar a cada persona su trocito de libertad, permitimos que algún idiota se suba a una tribuna a hacer demagogia, y a vivir de nuestros recursos.

Cambia, cuando no podemos hacer experimentos siquiera sobre humanos, porque son dignos y libres (igual de dignos que un embrión, oye). Ni siquiera sobre políticos.

Cambia, por último, cuando por vuestras tonterías sin fundamento, soy yo el que no puede estudiar y aprender sobre el mundo, el que no puede ver un mañana mejor que hoy, el que no puede hacer que otras personas reciban la educación de la que no se me permite disponer, pero que hubiera sin duda deseado.

La educación que me habría otorgado mi verdadera libertad, y que no debería haber incluido la palabra compasión, ni la palabra felicidad. El lavado de cerebro fue lo que me disteis, no lo que yo queremos ofrecer.

La cosa cambia, y no me hace ninguna gracia.

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