5/1/11

Estética

Esta es una buena prueba de como de jodido está el mundo actualmente. La obsesión por la estética.

La estética, en un mundo libre, en un mundo real, lógico, debería ser solo una herramienta. Un anticipo de información visual para con nuestros interlocutores. Debería significar "Estoy trabajando, espera un rato" o "Mi trabajo es X, ¿me requieres?". Cosas útiles, cosas lógicas y razonables. No hay que tener miedo a alterarla, si es para proporcionar información útil.

Sin embargo, hoy día, se emplea para transmitir información acerca de los sentimientos de una persona. Bueno, es información, no pondré el grito en el cielo por ello. Pero además, información imprecisa, información errónea. Esto, en mi opinión, es simplemente inaceptable.

Dada la "naturaleza mística" de estos sentimientos, estamos dando por hecho que el aspecto físico supone, en el mejor de los casos, un vehículo para la expresión de estos. En el peor, puede expresar cualquier cosa, incluso la contraria. Y por tanto, nos vemos en la obligación de "juzgar por el interior", de omitir esta información. No estamos en condiciones de omitir información, señores. Es nuestro mayor valor.

Y al mismo tiempo que promulgamos este interiorismo, nos obsesionamos porque nuestra estética cumpla cánones absurdos. No porque transmita información, no porque sea útil, sino para que "quede bonito".

En resumen: A la vez le damos una importancia excesiva, nos obsesionamos por ella, y despreciamos su verdadera utilidad. Esa es nuestra postura actual hacia la estética.

Simplemente, triste.

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